Izard define la ira como una respuesta emocional
primaria que se presenta cuando un organismo se ve bloqueado en la consecución
de una meta o en la satisfacción de una necesidad. Algunos sinónimos de
dicha emoción serían: enfado, enojo, rabia…
La ira es considerada
como una emoción primaria universal y generalmente negativa, y como en todas ellas,
si se produce en una pequeña cantidad, puede resultar efectiva y adaptativa
para el organismo. A nivel educativo se puede traducir como una competición “sana” por mejorar en su rendimiento
académico como también en su motivación a seguir estudiando para sacar las
mejores calificaciones de la clase o comparando las suyas de anteriores
evaluaciones del curso escolar; en cambio, el problema surge cuando esta
emoción ocurre en exceso ya que puede llegar a interferir en la vida del
estudiante, así como en la gente que le rodea. Cuando ésta interfiere, le
ocasiona un sentimiento displacentero ya que no le produce bienestar ni se siente
cómodo cuando la experimenta de forma excesiva.
Del mismo modo que le ocurre al miedo, también se trata de una
emoción intensa y pasional, incluso puede llegar a ser intencionada y peligrosa
puesto que puede dañar a su entorno (un objeto inanimado) como a otra persona
(incluyéndose a sí mismo). Se puede generar a través de reacciones derivadas
del odio, los celos, la envidia, la competición y la violencia (verbal y
física). En casos extremos, se puede producir una pérdida de control (física
como psicológica) y en contra de la voluntad del sujeto.
Cuando un niño o adolescente experimenta este tipo de
emoción de forma recurrente y responde mediante una conducta agresiva, es debido
a que es su método de reacción ante un problema o conflicto concreto. Habitualmente
dichos conflictos suelen darse en dos ámbitos:
en el escolar y en el familiar.
· ÁMBITO ESCOLAR: pegar a otros niños porque éstos
se han metido con él o verbalmente (insultos o motes/frases molestas) o
físicamente (a modo de defensa ya que le han pegado a él primero), problemas de
comunicación o ausencia del lenguaje oral (manifestando así sus emociones.
También puede darse el caso de que este es su modo de comunicación e
interacción con el adulto al no presentar lenguaje hablado), problemas de relaciones
sociales tanto con sus compañeros de aula como de otras clases, incumplimiento
de la normativa escolar, otras situaciones puntuales externas.
· ÁMBITO FAMILIAR: pegar a otros miembros de la familia generalmente más “débiles” y pequeños que él, problemas de relación y
comunicación con los adultos, incumplimiento de las normas de casa, si han sido
castigados por esa conducta inadecuada (rabieta) o porque no se ha salido con
la suya al no obtener lo que quería (sentimientos de frustración).
Esta emoción puede producir varios síntomas: dolor de cabeza (el más habitual), aumento de los niveles
de estrés y ansiedad, subida de la tensión (hipertensión), problemas a la hora
de dormir (insomnio), mala digestión, depresión, problemas respiratorios,
glaucoma, problemas gastrointestinales, estreñimiento o diarrea e infarto.
El Doctor Robert Nicholson (médico de la Universidad de Saint Louis, Missouri) publicó
en la revista médica “Headache” una
serie de pautas que podemos realizar para combatir el enfado, ayudándonos así, a
sufrir un número menor de dolores de cabeza.
Dichas pautas son:
Dichas pautas son:
· REALIZAR TRES INSPIRACIONES PROFUNDAS. Cuando estamos enfadados, nuestro cuerpo se vuelve tenso y al hacer
este simple ejercicio de respiración, nos ayudará a disminuir la tensión y facilitará a que nos vayamos
calmando poco a poco.
· ENTENDER POR QUÉ ESTAMOS ENFADADOS. Buscar aquellas situaciones, personas o eventos que nos
despiertan esta emoción, para poder reconocerlas después y poder evitarlos de una
forma más fácil en el futuro (anticipación de conducta).
· EXPRESÉMONOS. Asegurarse
previamente que no haremos más daño y que las consecuencias tras la acción no
serán peores. Expongamos a los demás cómo nos sentimos, de forma tranquila y
comunicativa. Antes de tomar una decisión, si vemos que este enfado puede hacer
peligrar nuestra relación de pareja, una amistad, un puesto de trabajo…, es preferible
hablar anteriormente con un amigo de confianza que con la persona en cuestión.
·
CAMBIEMOS DE ENTORNO. Dar
un paseo durante 5-10 minutos y tomar un poco de aire fresco (se puede combinar
con la primera pauta), poner la radio en el coche cuando estemos en un atasco
de tráfico y cantar la canción que esté sonando o poner un CD de música que nos
guste… Estas técnicas nos ayudarán a salir del ambiente que nos ha enervado.
ANOTACIÓN
IMPORTANTE: llamar por teléfono a un amigo de confianza o familiar para
contarle lo ocurrido no es una buena elección ya que al ser tan reciente,
estaremos aún en caliente por esa situación y no veremos las cosas con claridad
y desde otra perspectiva, por mucho que quiera ayudarnos el interlocutor desde
el otro lado de la línea. Además, con esta llamada no estamos evadiendo de la
situación, sino adentrarnos más en ella y produciendo más enojo en nuestro
interior. Si esto se hace, esperar un tiempo antes de realizar la llamada.
·
MIREMOS
LAS COSAS DESDE OTRA PERSPECTIVA Y PUNTO DE VISTA.
Hay que ser conscientes de que ni todo es tan blanco ni tan negro como parece,
sino que podría ser algún gris intermedio. Si nos fijamos bien, hay una gran
variedad y abanico de grises, no sólo uno.
·
RECONOZCAMOS
QUE LA VIDA A VECES NO ES JUSTA y que en ciertas
ocasiones, quienes nos hacen enfadar no tienen razón.
· DEJEMOS
IR LAS COSAS QUE ESTÁN FUERA DE NUESTRO CONTROL.
Sólo podemos cambiarnos a nosotros mismos y las respuestas frente a los demás,
no lo que los otros nos hagan a nosotros. Por mucho que queramos, no podemos
meternos en la mente de la otra persona y saber que piensa. No todos actuamos
ni pensamos de la misma forma ante una determinada situación. Enfadarse no
solucionará el problema y al final hará que nos sintamos peor.
· Y por último, PERDONEMOS. A pesar que esta sea la
estrategia más difícil, es sin duda la más efectiva.
Para finalizar, aquí propongo mis orientaciones de lo que se
puede hacer en estos casos. Hay que ser realistas y conscientes de que el
cambio de esta conducta no será rápido, pero poco a poco y con constancia,
podemos ir evitándola o al menos reducirla en la medida de lo posible. También
es importante reforzar siempre aquellas conductas positivas y favorables para
el individuo y su entorno porque así él/ella entenderá que deberá realizar más
aquella conducta que mayor aprobación tiene y deberá eliminar en la que se le
castiga. A veces esta conducta agresiva la hacen como una llamada de atención
hacia el adulto ya que piensan que así es cuando se les hace caso o escucha;
por eso es importante también reforzar aquellas que sean positivas y así la
negativa se hará en menor probabilidad hasta extinguirse. Las orientaciones propuestas son las
siguientes:
· OBSERVACIÓN O IMITACIÓN: los niños suelen
ser muy observadores y se fijan mucho sobre el medio que les rodea. Generalmente
suelen aprender mediante la observación o imitación de sus familiares ya que
son las personas que están más próximas a su entorno y las que más influencia y
peso tienen. Por tanto, es recomendable no hacerles este tipo de conductas ni a
otros delante de ellos. Por ejemplo, darle
una palmada en el culo.
· ESTABLECER EL PRINCIPIO CONDUCTISTA DE
ACCIÓN-REACCIÓN: ante un determinado acto, el niño/adolescente siempre
obtendrá una determinada consecuencia. Los dos progenitores deben estar de
acuerdo y no ceder cuando éste haga cualquier chantaje emocional, promesas o mayor
alteración por su parte. El individuo debe saber que cuando se porte bien, su
conducta será reforzada mediante consecuencias positivas y asertivas como elogios, caricias, besos, sonrisas, reconocimiento individual positivo, comentarios favorables, felicitaciones,
abrazos y alabanzas/reconocimientos verbales. En caso de que se porte mal, ante
todo no hay que actuar con indiferencia como si no hubiera ocurrido nada (a no
ser que se trate de una simple rabieta con gritos o patalear en el suelo. En
ese caso la indiferencia sí que es un buen método ya que se trata de una clásica
llamada de atención). Para esta conducta negativa se pueden poner en práctica los
siguientes procedimientos operantes (en especial para la población de Educación Infantil y Primaria):
o Tiempo
fuera: siempre que emita la conducta inadecuada, se retira físicamente al
sujeto de una situación reforzante positiva (aproximadamente durante unos 5-10
minutos ya que si no resultaría ser contraproducente). Mientras el niño esté
castigado, se debe evitar que reciba algún tipo de atención o refuerzo por
parte de otros niños o adultos.
o Coste
de respuesta: de forma inmediata, al sujeto se le quita un reforzador positivo
tras emitir una conducta inadecuada. La retirada puede ser temporal o
totalmente.
Dentro de este procedimiento, hay
una serie de técnicas que pueden aplicarse para la modificación de la conducta
agresiva. Estas técnicas son:
§
Sistema de Economía de Fichas: previamente el individuo
especificará la/s conducta/s que desea cambiar y el premio final. Cada vez que
realice la conducta deseada, se le entregará un punto y al llegar a una
determinada cantidad de los mismos, se canjearán por dicho premio. Por lo
contrario, si la conducta es inadecuada, se le retirará uno de los puntos positivos
obtenidos, pero nunca se llegará a puntuaciones negativas. En caso de que esa
semana no haya alcanzado los puntos, puede acumularlos para canjearlos a la
siguiente. Así se le motivará a que quiera continuar. Es aconsejable cambiar los
premios cada X tiempo para evitar que
el niño se aburra del mismo o caiga en la rutina. Poco a poco la entrega del
premio se hará cada vez más prolongada en el tiempo y se hará intermitente.
Hasta que finalmente ya no habrá reforzador positivo/premio canjeable, sino que
será un “reforzador natural”.
ANOTACIÓN IMPORTANTE:
en caso de que el niño presente algún tipo de discapacidad o de Necesidad
Educativa Especial, es recomendable que el reforzador positivo/premio canjeable
sea entregado más próximo en el tiempo o con menor número de puntos a final de
la semana.
§
Contrato
de contingencias: el sujeto firma dicho contrato, comprometiéndose que
va a modificar su conducta. Se debe indicar que conducta/s deberá realizar ante
una situación donde haya un conflicto y será observado por un adulto (maestro o
progenitor). Por otro lado, también deberá señalarse que coste obtendrá en el
caso de que se produjera la conducta agresiva. Así pues, según el tipo de
conducta realizada, se establecerá un determinado reforzador. El terapeuta
deberá revisarlo regularmente para comprobar si la conducta mejora o por lo contrario, empeora.
En mi opinión de las dos técnicas
presentadas, recomiendo para la población infantil el Sistema de Economía de Fichas ya que es un modelo más simple y
visual para estos sujetos. En caso de que sea un adolescente el que tenga que
modificar su conducta, aunque se pueden emplear las dos técnicas, será más idóneo
el Contrato de Contingencias porque
su nivel de razonamiento es mayor, así como el desarrollo del pensamiento es más
racional y abstracto que el de un niño.
·
PREDICCIÓN DE LA CONDUCTA: predecir y
anticipar la conducta antes de que esta suceda: “a ver si hoy te portas muy bien en el cole y no pegas a otros nenes/as”.
·
APRENDER A CONTROLAR LA IRA mediante:
o Ejercicios
de autocontrol: aprenderá a calmarse ante una provocación externa. Por ejemplo: antes de actuar, respirar
profundamente y soltar el aire poco a poco, mientras cuenta mentalmente hasta
10 muy despacio.
o Ejercicios
de relajación, respiración y meditación. Si es posible, apuntarlo a judo o
yoga. Asimismo a alguna actividad deportiva de equipo que requiera ejercicio
físico (futbol, baloncesto, rugby) ya
que en ella canalizará y descargará su energía y conducta agresiva.
o Ejercicios
artísticos y relajantes: música (tocar un
instrumento o escuchar música clásica),
dibujo (pintar, moldear con arcilla o plastilina), taller de lectura y escritura,
hacer pasatiempos (sopas de letras, crucigramas, sudokus).
o Empleo
del sentido del humor cuando se metan con él/ella.
· ENTRENAMIENTO DE UN PROGRAMA DE HABILIDADES
SOCIALES Y DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL: mejorará en sus
relaciones sociales con sus compañeros así como con los adultos; será más
asertivo (defenderá sus ideas/opiniones y expresará sus emociones sin tener que
llegar a ser agresivo); aprenderá a empatizar (ponerse en la piel de otra
persona); importancia de trabajar cooperativamente en grupo y compartirá sus
cosas con otra persona sin exaltarse.
·
INTERVENCIÓN, AYUDA Y TERAPIA PSICOLÓGICA
INDIVIDUAL Y FAMILIAR: el especialista le ayudará a/en: aumentar su
autoestima y autoconcepto porque probablemente ambas sean bajas; promover y
descubrir sus capacidades, habilidades y sus puntos fuertes; desarrollo de los
ejercicios de autocontrol y de relajación; educar las emociones a través de la
inteligencia emocional; entrenamiento de Habilidades Sociales y revisarle con
regularidad las técnicas operantes citadas anteriormente (Sistema Economía de
Fichas o Contrato de Contingencias).
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