El individuo, como ser evolutivo, atraviesa diferentes
etapas de crecimiento en su ciclo vital, pasando desde la niñez hasta la vida adulta.
Durante este trayecto de desarrollo, nos encontramos con la juventud y la etapa
de la adolescencia. El comienzo es entre la pubertad (a partir de los 10 años)
hasta antes de la edad adulta (los 19 años aproximadamente).
La adolescencia se caracteriza por ser una época de
continuos cambios (biológicos, físicos y psicológicos) y por su cambio de preferencia
con su grupo de referencia. En la infancia su figura más importante es su
familia, pero en esta etapa se trata de su grupo de amigos/as.
A su vez, el adolescente necesita su libertad, su espacio y
su independencia social para explorar y encontrarse a sí mismo, saber quién es
(relacionado con la identidad personal), vivir diferentes experiencias y
descubrir cuáles son sus facetas que puedan forjar su personalidad y su
carácter. La autoestima probablemente no sea muy alta, por ello es importante
reforzarle positivamente cuando haga las cosas bien e indicarle cuándo no lo
sean, siempre desde el cariño y el respeto.
Aunque queramos que se mantenga con nosotros y organizar un viaje
familiar de vacaciones, su mente estará pensando en quedar con sus amigos, ya
que se trata de su dependencia actual, y posteriormente será su pareja.
Los adolescentes son una montaña rusa cargada de emociones y
al igual que están alegres, en otro momento del mismo día puede ser el fin del
mundo. Nuestra labor como adultos (padres, madres, familiares, docentes,
psicólogos, educadores…) es ayudarle a gestionar estas emociones de manera
equilibrada.
No pienses que es culpa tuya este repentino cambio de humor
o de estado de ánimo. Simplemente hay que darle el espacio que necesita,
escucharle, intervenir de manera eficaz cuando haya algún tipo de problema, darle
los ánimos y cariño y estar ahí cuando lo necesite. Cuánto más intentes
comprenderle desde el punto de vista empático y más le ayudes en esta
transición a la vida adulta con tus consejos y tu apoyo, más cómodos se
sentirán y confiarán a vuestro lado y más exitosa será la transición.
Todos tienen un clic,
la cuestión es ir averiguando cuál es el clic
que le despierta el interés o le motiva, y así transcurrir diariamente con
mayor ilusión.