Este breve cuento va dirigido a niños/as a
partir de Educación Infantil, donde la protagonista es una pequeña tortuga que
tiene TDAH (Trastorno por Déficit de
Atención e Hiperactividad).
Explica como tiene problemas de impulsividad e ira, que le
dificulta hacer amigos en el colegio. Un día, la tortuguita conoce a otra
tortuga anciana que le enseña unas técnicas de autoncontrol para ponerlas en
práctica tanto en su vida diaria como en la escuela. Al paso del tiempo, la
protagonista va usando estas técnicas, asegurando que muchas veces lo lograba exitosamente
y otras no, pero la gran parte de dichas ocasiones lo conseguía, siendo y
sintiéndose más feliz.
Es un cuento muy bonito e instructivo ya que se puede
empatizar fácilmente con la tortuguita. Su mensaje principal es que los niños sean
conscientes y responsables de sus propias emociones, aprendiendo a controlarlas
en caso de que estas sean disruptivas para uno mismo y las personas que le
rodean (familia y amigos). El control de estas emociones negativas es
gratificante y positivo para el individuo, produciéndole una sensación de bienestar
con uno mismo al ver que lo ha conseguido. Como indica en el cuento, habrá
veces que la técnica no resultará exitosa, pero no por ello hay que rendirse ni
sentirse fracasado; al contrario, hay que tomar ese fracaso como un reto que se
puede lograr y poco a poco ir aprendiendo a controlar esas emociones, llegando
así a la felicidad. A su vez, enseña una técnica de autocontrol muy válida para
los niños que tienen TDAH y que sus compañeros sepan más sobre ello, en
especial si conocen a algún amigo o familiar que también lo tenga.
El enlace para leer este cuento es el siguiente:
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