jueves, 27 de abril de 2017

HABILIDADES PARA LA COMUNICACIÓN


La comunicación es un proceso de intercambio de información donde un emisor transmite un mensaje a un receptor a través de un canal (oral, escrito). Para que sea bidireccional, es importante que se produzca una respuesta por parte del receptor en dicho contexto.

A continuación, os propongo una serie de estrategias o habilidades comunicativas que os pueden resultar muy beneficiosas y útiles tanto en casa (con vuestros hijos y familia) como en el colegio (profesores, educadores con vuestros alumnos y otros estudiantes). La finalidad de éstas será profundizar, fortalecer y enriquecer en la labor educativa de vuestros hijos y/o alumnos, es decir, favorecerá a que el adulto sea una referencia y modelo a seguir del niño o adolescente con el que esté relacionado. Al ponerlas en práctica en el ámbito familiar y en el ámbito escolar, facilitará a que los momentos de comunicación y relación sean idóneos.
Estas habilidades se pueden resumir en las siguientes:

· ESCUCHAR Y QUE SE SIENTA ESCUCHADO (CAPACIDAD DE ESCUCHAR ACTIVAMENTE): para que el individuo se sienta escuchado, debemos estar disponibles para hacerlo. Por ello, escucha siempre su tono de voz y lo que te está contando, observando su registro verbal así como su conducta y lenguaje no verbal (gestos, posturas). Hazle saber que le estás escuchando y comprendiendo lo que te está contando con alguna palabra o frase (a poder ser breve) y empleando cierto lenguaje no verbal (Por ejemplo: asentir con la cabeza) e intentando no hablar tú (a no ser que te pida consejo o ayuda). Es recomendable que hable él y se sienta escuchado de forma comprensiva y con cuidado y tacto. Para ello, daremos información a la otra persona de lo que nosotros estamos entendiendo, produciendo así un feed-back o retroalimentación. Como recomendación evitaremos hacer otras cosas mientras hablamos con esa persona.
Este punto es importante ya que así le demostrarás al niño/adolescente que eres una persona significativa y digna de confianza, a la vez de accesible. La otra persona se sentirá acogida, aceptada y cómoda a tu lado. Al darle información y la estimulas a seguir dándotela, se establecerá un vínculo de confianza, sintiéndose ella entendida y comprendida y la relación se estrechará más íntimamente. A su vez, permitirá llegar a fondo de los problemas así como neutralizar o suavizar si se desencadenase un conflicto, mejorando así su clima social. Al hacerlo, nuestra conducta será imitada y observada mediante el aprendizaje vicario.
· ENTENDERLES PARA PODER EXIGIRLES (CAPACIDAD DE EMPATIZAR): también es muy importante contar con la capacidad de la empatía, es decir, la capacidad de ponerse en el lugar o en la piel de la otra persona (en este caso del niño o adolescente), así comprenderemos mejor como se siente (sentimientos y emociones) o que piensa (pensamientos). Sí percibe que le entendemos y apoyamos, le resultará mucho más fácil comunicarse con nosotros, expresar sus pensamientos/emociones/sentimientos y transmitirlo todo.
Con esta habilidad ayudaremos a que la otra persona se mantenga abierta a soluciones alternativas. Asimismo, se sentirá mejor al ver que está siendo escuchado y apoyado y que eres un modelo a seguir. Emplearemos siempre el uso de unas palabras adecuadas, como también de gestos, para que el sujeto se sienta cómodo, a gusto y entendido por nosotros.
· RESUMIR LA INFORMACIÓN QUE NOS DAN (CAPACIDAD DE COCRETAR): sintetizar lo que nos ha dicho el individuo le ayudará a organizar mejor las ideas y demostrarle que le hemos entendido y escuchado lo que nos termina de contar.
Esta habilidad nos permitirá entender mejor los mensajes y a centrar la conversación si se hubiera desviado. En caso que se haya producido un malentendido, ayudará a relajarnos ante lo sucedido, así como a orientarnos (también al niño o adolescente) en el proceso de resolución de problemas. A su vez, mostramos interés por la otra persona y que le estamos prestando atención a lo que nos cuenta. Para evitar posibles malentendidos, le pediremos que diga si es correcto o no lo que acabamos de sintetizar por si nos hubiéramos saltado algo relevante, como también haremos las preguntas adecuadas.
· AYUDAR A PENSAR Y DAR INFORMACIÓN ÚTIL (CAPACIDAD DE SABER PREGUNTAR): está íntimamente relacionada con la anterior. Además de resumir y sintetizar la información, es conveniente ayudarle a pensar mediante una serie de preguntas abiertas ya que nos puede mostrar más acerca del mensaje que se desea transmitir. Al dar información, tratar de ser descriptivo y objetivo de lo que está ocurriendo en el momento o de lo que ocurrió en aquel entonces.
Esto le ayudará y beneficiará a ser más autónomo en su proceso de toma de decisiones y a ver diferentes alternativas de cómo mejorar en lo incorrecto de las acciones para futuras ocasiones, así cómo informar de las cosas positivas y correctas de las acciones realizadas.
· MOSTRAR AFECTO (CAPACIDAD DE AFECTO Y DAR MENSAJES POSITIVOS. SER POSITIVO Y RECOMPENSANTE): tanto los niños como los adolescentes y adultos, solemos responder de forma positiva ante una actitud de afecto o cariño, o bien mediante unas palabras cariñosas y alabanzas sociales, o bien mediante el contacto físico: una sonrisa, un guiño, un apretón cariñoso en el brazo, un abrazo rápido… todos estos recursos serán idóneos y nos permitirán reforzar el vínculo con el individuo y favorecer a que quiera volver a comunicarse contigo en otras futuras ocasiones.
Esta habilidad tiene como objetivo incentivar y motivar a la otra persona, produciéndole una sensación gratificante de bienestar en su persona y aumentándole así su autoestima (mejora su autoeficacia y autocontrol). Por ello, es importante potenciar sus puntos fuertes y destacando las cosas que hacen bien ya que le ayudará a favorecer la confianza en sí mismo y que seas para él/ella una persona significativa.
Además, demuéstrale a la otra persona tanto física como psicológicamente que te importa, cuanto la valoras y la quieres. Estas demostraciones de cariño pueden ser: abrazos, besos, teniendo detalles con esa persona (escuchar, atender, tener tiempo)
· ASEGURARNOS QUE NOS ENTIENDEN (CAPACIDAD DE ADECUAR EL LENGUAJE): para que los niños o adolescentes comprendan lo que les queremos decir y transmitir, es importante que se adecue el lenguaje y el estilo de expresión acorde a sus conocimientos y experiencias. Para ello, utiliza frases sencillas y concretas y ejemplos adaptados a su realidad o situaciones anteriores.
Todo esto le producirá una mayor cercanía con nosotros y se sienta comprendido, aumentando así también en su autoestima.
· ENVIAR “MENSAJES YO” DESCRIBIENDO LO QUE VEMOS (CAPACIDAD DE SER OBJETIVO Y DESCRIPTIVO): para emplear mensajes yo es relevante introducir en nuestro lenguaje la primera persona del singular cuando queramos manifestar nuestros pensamientos/sentimientos/emociones, implicándonos en el proceso comunicativo con el niño o adolescente y siempre desde el respeto. Es muy importante no etiquetar ni comparar al individuo.
Con esta habilidad trabajaremos nuestro compromiso y participación, siendo un modelo a imitar y de referencia a seguir para él (a través del aprendizaje vicario). Por ello, es primordial que se describan los actos (conductas o comportamientos) y las consecuencias o efectos que han tenido esos actos de una forma concreta para que los considere y tenga en cuenta para futuras ocasiones. Se pueden describir actos/comportamientos/conductas, efectos/consecuencias, expresar sentimientos/emociones/pensamientos…
· DISCO RAYADO SIN PONERNOS NERVIOSOS (CAPACIDAD DE ESTAR TRANQUILO Y RELAJADO SIN LLEGAR A SER PESADO): esta estrategia se suele utilizar cuando la perseverancia y la constancia es vital. Muchas veces nos podemos encontrar en una situación que el sujeto no desee ni quiera hacer lo que le hemos pedido. Nuestra tendencia es que a veces al repetir la orden, nos vamos enfadando al mismo tiempo. Así pues, esta habilidad trata de orientarnos y ayudarnos a estar tranquilos y relajados sin llegar a ser pesados, es decir, que no se ceda ante la insistencia negativa del individuo y que nosotros en la medida de lo posible, consigamos no desgastarnos emocionalmente. Por ello, recomiendo la técnica del disco rayado. Se trata de repetir una y otra vez la orden simulando poco interés hacia su enfado o negativa recurrente, y centrándonos en enviar el mensaje.
· ASERTIVIDAD (CAPACIDAD DE SER ASERTIVO): la asertividad se puede definir como la expresión directa de nuestros sentimientos, deseos, pensamientos, emociones, derechos propios, opiniones, creencias, valores… sin llegar a amenazar o castigar a los demás. Este punto implica un respeto mutuo tanto hacia uno mismo como hacia la otra persona, de expresar nuestras necesidades y defender nuestros derechos como también respetar las necesidades y derechos del otro, con la libertad de abordar cualquier tema o resolver cualquier conflicto cotidiano o diario dentro de la interacción del ser humano. Es muy importante que no hay que agredir ni ser agredido, hablando siempre desde el respeto hacia uno mismo como con la otra persona. Tiene como finalidad transmitir de un modo adecuado y apropiado el mensaje que se desea transmitir y al mismo tiempo, permite reducir el estrés en los conflictos. Con esta habilidad también se pueden observar diferentes puntos de vista y que todas las opiniones son igual de validas y serias que las demás, guardando siempre las formas y respetando al otro, hablando con calma y de forma educada y exponiendo nuestros argumentos como los suyos de una forma clara y ordenada. Es importante saber pedir disculpas cuando sea necesario y nunca recurrir a las amenazas.
· CAPACIDAD DE HACER REÍR: esto implica usar el sentido del humor irónico sin llegar a ser hiriente para ciertas situaciones. Esto amortiguará el estrés y relajará la situación conflictiva y para distanciarse un poco del problema.
· CAPACIDAD DE RELATIVIZAR LA SITUACIÓN: esta habilidad hace referencia a restarle importancia a las actitudes o consecuencias de una determinada conducta o comportamiento de los demás. Por ello, es necesario que nosotros sepamos cuando la otra persona (niño o adolescente en este caso) nos está poniendo a prueba o midiendo y probando nuestros límites. Así pues, es importante no perder nunca la calma ni perder de vista el objetivo de nuestra acción y labor educativa, como también las posibles consecuencias o efectos de una determinada conducta o comportamiento.

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