Para que se establezca una relación óptima entre una figura
de autoridad (padres, educadores, profesores, cuidadores…) y un
niño/adolescente, y exista una comunicación fluida y bidireccional entre ambas
partes, es muy importante que toda conducta ejercida por la autoridad sea limitada
de un modo selectivo, fiable y específico. Asimismo, debe denotar seguridad,
energía, firmeza, fuerza y compromiso en el mensaje y todo aquello que se quiera
transmitir. Por ello, es relevante que el sujeto no se sienta amenazado. En
resumidas cuentas, aplicar unas idóneas habilidades
de contención que permitirán ejercer la disciplina y establecer unas normas
y límites a los menores. Al contenerse, se sentirán restringidos para actuar o
bien de forma beneficiosa o bien agresiva, pero al mismo tiempo no se sentirá personal
ni socialmente amenazado por esta restricción. Por tanto, usándolas de un modo
adecuado, conseguiremos que los niños/adolescentes respondan de manera efectiva.
La autoridad se entiende como el poder que tienen los padres,
educadores, profesores, cuidadores… cuya función es dirigir, proteger, formar y
educar a los niños/adolescentes. Además, esta función facilitará en su
aprendizaje y aplicación de unas determinadas normas sociales, como también en
su crecimiento y desarrollo tanto a nivel familiar y educativo como personal. Hay
diferentes tipos y estilos de autoridad:
· Estilo permisivo o sobreprotector.
· Estilo autoritario.
· Estilo democrático.
Como recomendación, es aconsejable que exista el mismo tipo
y estilo entre las figuras de autoridad ya que si no les producirá a los
menores sentimientos de inseguridad, ansiedad y dificultades en sus relaciones
interpersonales al comunicarse con otras personas. Una disciplina adecuada favorecerá
en su autoestima, así como en sus procesos de toma de decisiones para resolver
un determinado conflicto, se relacione bien con sus iguales u otros adultos y asuma
las responsabilidades de sus actos y las consecuencias que éstas conllevan.
Para aplicar idóneamente la contención, expongo algunas habilidades que te podrán ser muy
útiles tanto para tus hijos como para tus alumnos:
1. Para asegurarse que el niño/adolescente te ha
comprendido y entendido, mantén contacto
visual con él.
2. Habla y
no hagas preguntas ya que si no puede derivar a una futura discusión. Por ejemplo: ordena tu habitación, ¿Quieres?.
3. Es importante que nunca se desautorice a otro adulto que también ejerza de autoridad
sobre el sujeto, como serían entre padres o educadores. Se deben mantener las
decisiones tomadas o normas establecidas, y estar ambas figuras de acuerdo con
las mismas.
4. Establecer un sistema de causa-efecto, es decir,
de consecuencias y refuerzos positivos o
negativos. Por ejemplo, si haces los
deberes durante la semana, podrás jugar un rato a la play este fin de semana.
5. No se
debe permitir que el sujeto se convierta en víctima o menospreciarle con
frases comparativas ya que le provocarán sentimientos de inferioridad y un
descenso en su autoestima. Por ejemplo: “eres inútil”, “aprende de tu hermano
mayor”, “X es mejor que tú”.
6. No hay
que dejar que el sujeto te convierta a ti en víctima. Es primordial que
controles tus emociones, las gestiones de un modo adecuado, así como también tu
conducta.
7. Establece
una serie y sistema de normas y reglas para su comportamiento en el ámbito
familiar y ámbito escolar, lo cual permitirá que haya una buena convivencia
tanto en el hogar como en la escuela.
8. Hay que ser consecuente
con lo que se le ha dicho, sin vacilar y sin importarte si el
niño/adolescente grite, llore, amenace o insulte. Puede caber la posibilidad que
cambies de idea o de opinión transcurridas unas horas o días, o bien si
consideras que puedes haberte equivocado. Hay algunas que pueden ser
negociables y otras en cambio no.
9. Valora tu
propia seguridad, así como la de otros miembros de la familia o de los
otros alumnos en caso que el niño/adolescente se muestre agresivo.
10. Responde
claramente a los comportamientos disruptivos y prohibidos. Cuando demos una
orden, debemos emplear un lenguaje sencillo y ser lo más concretos posible,
exigiéndoles un tope. Al asignarles tareas concretas, actuarán de forma
positiva y efectiva.
11. Las
emociones negativas por lo general atraen a otras negativas. Por lo que es
muy importante limitarlas y evitarlas en la medida de lo posible. Una reacción
desagradable (violenta o agresiva) por parte de la autoridad, suele ocasionar
un ciclo y espiral de intercambio de emociones negativas. Como recomendación,
mejor hablar con un tono medio, tranquilo y positivo, que no denote enfado o
agresividad.
12. Sé el
modelo de referencia y el ejemplo de vida para el individuo. Si el niño o
adolescente ve que vives la vida de un modo agradable, positivo y saludable, es
probable que siga tu ejemplo a través del aprendizaje observacional o vicario.
Es por ello muy importante que pongas todo tu esfuerzo por ser su mejor modelo
de referencia, haciendo que él sea la mejor persona que pueda llegar a ser.