martes, 21 de marzo de 2017

HABILIDADES DE CONTENCIÓN


Para que se establezca una relación óptima entre una figura de autoridad (padres, educadores, profesores, cuidadores…) y un niño/adolescente, y exista una comunicación fluida y bidireccional entre ambas partes, es muy importante que toda conducta ejercida por la autoridad sea limitada de un modo selectivo, fiable y específico. Asimismo, debe denotar seguridad, energía, firmeza, fuerza y compromiso en el mensaje y todo aquello que se quiera transmitir. Por ello, es relevante que el sujeto no se sienta amenazado. En resumidas cuentas, aplicar unas idóneas habilidades de contención que permitirán ejercer la disciplina y establecer unas normas y límites a los menores. Al contenerse, se sentirán restringidos para actuar o bien de forma beneficiosa o bien agresiva, pero al mismo tiempo no se sentirá personal ni socialmente amenazado por esta restricción. Por tanto, usándolas de un modo adecuado, conseguiremos que los niños/adolescentes respondan de manera efectiva.

La autoridad se entiende como el poder que tienen los padres, educadores, profesores, cuidadores… cuya función es dirigir, proteger, formar y educar a los niños/adolescentes. Además, esta función facilitará en su aprendizaje y aplicación de unas determinadas normas sociales, como también en su crecimiento y desarrollo tanto a nivel familiar y educativo como personal. Hay diferentes tipos y estilos de autoridad:
· Estilo permisivo o sobreprotector.
· Estilo autoritario.
· Estilo democrático.
Como recomendación, es aconsejable que exista el mismo tipo y estilo entre las figuras de autoridad ya que si no les producirá a los menores sentimientos de inseguridad, ansiedad y dificultades en sus relaciones interpersonales al comunicarse con otras personas. Una disciplina adecuada favorecerá en su autoestima, así como en sus procesos de toma de decisiones para resolver un determinado conflicto, se relacione bien con sus iguales u otros adultos y asuma las responsabilidades de sus actos y las consecuencias que éstas conllevan.

Para aplicar idóneamente la contención, expongo algunas habilidades que te podrán ser muy útiles tanto para tus hijos como para tus alumnos:
1. Para asegurarse que el niño/adolescente te ha comprendido y entendido, mantén contacto visual con él.
2. Habla y no hagas preguntas ya que si no puede derivar a una futura discusión. Por ejemplo: ordena tu habitación, ¿Quieres?.
3. Es importante que nunca se desautorice a otro adulto que también ejerza de autoridad sobre el sujeto, como serían entre padres o educadores. Se deben mantener las decisiones tomadas o normas establecidas, y estar ambas figuras de acuerdo con las mismas.
4. Establecer un sistema de causa-efecto, es decir, de consecuencias y refuerzos positivos o negativos. Por ejemplo, si haces los deberes durante la semana, podrás jugar un rato a la play este fin de semana.
5. No se debe permitir que el sujeto se convierta en víctima o menospreciarle con frases comparativas ya que le provocarán sentimientos de inferioridad y un descenso en su autoestima. Por ejemplo: eres inútil, aprende de tu hermano mayor, X es mejor que tú”.
6. No hay que dejar que el sujeto te convierta a ti en víctima. Es primordial que controles tus emociones, las gestiones de un modo adecuado, así como también tu conducta.
7.  Establece una serie y sistema de normas y reglas para su comportamiento en el ámbito familiar y ámbito escolar, lo cual permitirá que haya una buena convivencia tanto en el hogar como en la escuela.
8. Hay que ser consecuente con lo que se le ha dicho, sin vacilar y sin importarte si el niño/adolescente grite, llore, amenace o insulte. Puede caber la posibilidad que cambies de idea o de opinión transcurridas unas horas o días, o bien si consideras que puedes haberte equivocado. Hay algunas que pueden ser negociables y otras en cambio no.
9. Valora tu propia seguridad, así como la de otros miembros de la familia o de los otros alumnos en caso que el niño/adolescente se muestre agresivo.
10. Responde claramente a los comportamientos disruptivos y prohibidos. Cuando demos una orden, debemos emplear un lenguaje sencillo y ser lo más concretos posible, exigiéndoles un tope. Al asignarles tareas concretas, actuarán de forma positiva y efectiva.
11. Las emociones negativas por lo general atraen a otras negativas. Por lo que es muy importante limitarlas y evitarlas en la medida de lo posible. Una reacción desagradable (violenta o agresiva) por parte de la autoridad, suele ocasionar un ciclo y espiral de intercambio de emociones negativas. Como recomendación, mejor hablar con un tono medio, tranquilo y positivo, que no denote enfado o agresividad.
12. Sé el modelo de referencia y el ejemplo de vida para el individuo. Si el niño o adolescente ve que vives la vida de un modo agradable, positivo y saludable, es probable que siga tu ejemplo a través del aprendizaje observacional o vicario. Es por ello muy importante que pongas todo tu esfuerzo por ser su mejor modelo de referencia, haciendo que él sea la mejor persona que pueda llegar a ser.

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