domingo, 16 de marzo de 2014

LA ROSA Y EL SAPO

Había una vez una rosa muy hermosa con sus pétalos aterciopelados de un color rojo brillante. Se sentía de maravilla, al saber que era la más bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. Un día se fijó que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro. ¡Por eso nadie se acercaba a verla de cerca! Indignada, le ordenó al sapo que se fuera de inmediato. El sapo, muy obediente le dijo:
- Está bien, si así lo quieres.
Poco tiempo después, el sapo volvió a pasar por donde estaba la rosa y se sorprendió al verla totalmente marchita, sin hojas ni pétalos.
Le dijo entonces:
- Vaya, te ves mal. ¿Qué te pasó?
La rosa triste le contestó:
- Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día y ya nunca pude volver a ser igual.
El sapo sólo contestó:
- Pues claro, cuando yo estaba aquí, me comía a esas hormigas, y por eso siempre eras la más bella del jardín.

MORALEJA Y OPINIÓN PERSONAL: A veces inconscientemente podemos llegar a creer que somos mejor que otras personas (por ejemplo más atractivos, como piensa la Rosa de este cuento), y sin querer menospreciamos a otros pensando que no sirven para nada. Sin embargo todos tenemos algo que ofrecer a los demás, aprendiendo unos de otros y aceptando al otro tal y como es, independientemente de su aspecto físico (el Sapo en el cuento). ¡Todos somos igual de especiales e importantes! Hay una cita que me gusta mucho de la novela Criadas y Señoras de Kathryn Stockett (también está en la película) muy bonita cuando Aibileen le dice a Chiquitina (la niña que cuida) ‘Eres buena, eres lista, eres importante’.

Este breve cuento y frase reflejan perfectamente el mensaje de esta moraleja y pienso que es una lección que todos deberíamos aprender y aplicar tanto a nosotros mismos como a nuestros hijos, amigos y gente que nos rodea.

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