En el cuarto capítulo (El pensador) observamos la evolución del
desarrollo cognitivo de un bebé.
- En un comienzo, su razonamiento será científico y explorador, estableciendo relaciones de causa-efecto a través de sus juguetes y sus actividades cotidianas como el baño o el juego. Todo esto lo hace manipulando objetos e investigándolos con detenimiento.
- A los 6 meses pueden tener habilidades matemáticas, siendo sensible a algunas diferencias. Distingue cuando hay un juguete de dos o tres. O incluso la cantidad de los mismos. Cuando hay más de tres objetos o juguetes lo asocian como más.
- A los 15 meses son capaces de trazar un plan concebido para acercar una muñeca a la cuna, pensándolo todo paso a paso, de forma lenta y metódica, hasta que finalmente consiguen su objetivo. Por otra parte, en el baño pueden experimentar con la gravedad, las propiedades del agua y el aire, propiedad de lleno-vacío...
- A los 19 meses sabe diferenciar entre las categorías de tamaño (grande y pequeño), dirección (arriba y abajo).
- A partir de los 31 meses, su pensamiento además de científico, también comenzará a ser más creativo. Su aprendizaje es vicario, aprendiendo a través de la imitación, improvisación y creación, dando así origen a su capacidad para la imaginación.
- A los 33 meses, si desean conseguir un determinado objeto, harán uso de una combinación entre la memoria, la estrategia y la inventiva (las herramientas del pensador humano).
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